Te invito a ver Constelaciones, una historia de amor infinito que nos invita a reflexionar sobre el tiempo, el destino y los universos paralelos. Últimamente, cada vez que […]
Te invito a ver Constelaciones, una historia de amor infinito que nos invita a reflexionar sobre el tiempo, el destino y los universos paralelos.
Últimamente, cada vez que algo me sale mal, pienso que en un universo paralelo, las cosas salieron mejor. Cuando algo no sucede como lo imaginé, me imagino que en un mundo alterno, pasaron tal cual lo soñé. Eso me da un poco de consuelo. Me fascina imaginar que en otros mundos, en este holograma que es el universo, mi vida podría haber sido de otra manera.
Cuando vi la obra Constelaciones, escrita por Nick Payne y dirigida magistralmente en nuestro país por José Manuel López Velarde, no pude más que reír y afirmar que no estoy loca. Que la posibilidad de que existan mundos paralelos es real y que, tal cual, la vida puede suceder o no.
Constelaciones es un fascinante viaje romántico que pone en duda la diferencia entre decisión y destino. ¿Tenemos un camino ya diseñado en esta vida? ¿O nuestras decisiones marcan el rumbo que tomarán nuestras vidas? Rolando (Nacho Tahhan), un relajado apicultor de azotea, conoce a Mariana (Mónica Huarte), una intensa, e inteligente Física. Mientras los personajes se conocen en una sucesión de escenas, el autor repetidamente muestra diferentes maneras en que sus encuentros pudieran haber, o no haber sucedido.
Un delicioso reto actoral que muestra cómo el amor sí/no existe. Habla de la simetría del tiempo y del espacio. De libre albedrío y del destino. De la posibilidad de las posibilidades. Del amor en un plano cuántico. De la muerte y de la vida en un círculo sin principio y sin final, de las muchas primeras cosas y de las muchas últimas… del universo con una sinfonía de cuerdas vibrantes y de una música cósmica rigiéndolo.
La obra es excelsa. Juega con los sentimientos y las emociones de una forma dinámica y sucesiva. De la carcajada al casi llanto, nos lleva en una sucesión de sentimientos, pensamientos y recuerdos que nos hace reflexionar sobre nuestra existencia.
¿Lo mejor? La actuación de Mónica Huarte. ¡Bárbara! El escenario: hipnotizante, como un viaje al cosmos de nuestro interior.
No te contaré la historia porque no quiero arruinar la experiencia. Solo puedo decir que, tras ver la obra, me quedó una sensación extraña pero reconfortante al saber que todos somos como una estrella en este universo llamado vida que, como una constelación, nos enlazamos y desenlazamos según el mundo en el que estemos viviendo. Formamos constelaciones diferentes en cada universo paralelo.
También, me quedo con la idea de que el tiempo es relativo e inexistente. Lo que fue, será. Lo que es, ya fue. Tal como una estrella se apaga pero su luz sigue percibiéndose, así nuestra existencia pasada continua siendo en el presente.
Constelaciones es una obra que debes ver, es una experiencia única que te dejará un extraordinario sabor de boca. Se presenta en La Teatrería (Tabasco 152, Roma) los viernes (8:30 pm), sábados (6 y 8 pm) y domingos (5:30 y 7:30 pm).
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