Conversamos con la guapa Susana Zabaleta sobre lo que hace falta para alcanzar el éxito en los escenarios. Nos respondió una decena de preguntas que esperamos te […]
Conversamos con la guapa Susana Zabaleta sobre lo que hace falta para alcanzar el éxito en los escenarios. Nos respondió una decena de preguntas que esperamos te inspiren para lograr tus propias metas.
1. ¿Cómo se alcanza el éxito, Susana?
En mi caso, ha sido básico tener muy claro quién soy y a qué vengo. Alguna vez alguien de una disquera me dijo que debería cantar como otra persona, pero no. Es necesario decir: «esto es lo que soy y hasta que me entiendas». Nunca hay que pensar que porque algo tiene éxito hay que imitarlo. Yo no soy artista para tener éxito, yo soy artista porque hago que la gente sienta cosas, a veces malas, a veces fuertes; pero soy una provocadora y me fascina. Yo creo que ésa es la clave del éxito, ser lo que tú eres.
2. ¿Cuál ha sido el precio que has tenido que pagar por ser tú misma?
Saber quién eres duele muchísimo, no hay nada que duela más en la vida. Son muchas noches de soledad, de dudar de ti y de que la gente te diga: «a mí se me hace que estás mal, ¿por qué no te vas por este lado que ya está comprobado?». Pero no debes hacerlo, porque si lo haces vas a ser tan infeliz como Justin Bieber. No. Yo quiero ser feliz aunque haya veinte personas en el público. Luego vendrán treinta, luego mil, luego diez mil; así es como he ganado yo en mi vida, no cayendo en tentaciones.
3. ¿Cuándo descubriste tu vocación?
Desde niña sabía que quería provocar cosas: risas, alegrías, disgustos también. Me gusta que la gente de repente se enoje, me gusta despertar a las personas. A veces el enojo te despierta, a veces la paz exacerbada te lleva a lugares cómodos. A mí de repente me gusta que la gente grite en la calle o que la gente me diga: «es que me caes mal».
4. ¿Dónde está tu punto débil?
Creo que si hubiera cedido un poco en muchas cosas me habría ido mejor. A veces soy súper necia. Te pongo el ejemplo de un disco que hice que se llama Kinky. Cuando iba a salir me dijo la disquera que le cambiara el nombre porque existía un grupo que se llamaba así y que me podían demandar. Y sí, me demandaron. Acabé pagando $600,000 pesos porque se me hacía ridículo que un grupo de rock no me dejara usar un nombre que es del dominio público. Pude haber dicho: «bueno, le pongo otro nombre»; pero, no, le dije a la disquera «así lo voy a sacar». Pero todavía sigo pensando que es ridículo que me hayan demandado.
5. ¿Qué lección te ha dado la vida recientemente?
Que nunca hay que dar por hecho las cosas. Siempre das por hecho que tu marido te va a amar para siempre y que jamás se va a ir, siempre damos por hecho que nos va a alcanzar el dinero que tenemos, damos por hecho que la gente nos va a querer nada más por cómo somos; pero todo puede cambiar en cualquier momento.
6. ¿Te consideras una mujer fuerte?
Me identifican como una guerrera y eso es lo que yo quisiera que todas las mujeres fueran. Yo creo que todas las mujeres hemos sido unas guerreras, tu madre, al educarte, tu abuela, al educar a tu madre, las madres que se quedan solas, las madres solteras, estas mamás que además de darle de comer a los hijos van todas las mañanas a trabajar y regresan a ver las tareas del niño.
7. ¿Para ti, qué significa fracasar?
Fracasar tiene que ver con el aprendizaje, van muy unidos. El que no lo entiende así le va muy mal y se frustra. Pero yo, de todos mis fracasos he aprendido algo.
8. ¿Te consideras una persona feliz?
Yo creo que nunca se es feliz del todo. Todas las mañanas me despierto esperando ser plenamente feliz, pero yo creo que ese día va a llegar cuando me muera. Plenamente feliz no puedes ser porque entonces ya no buscas nada y yo quiero seguir buscando.
9. ¿Cómo defines la felicidad?
Son pequeñas cosas, las cosas más simples. Como que tu hijo se ataque de risa de ti porque te abrochaste mal el botón o porque comiste algo muy picante e hiciste una cara, o cuando voltea alguien y te dice que eres la mujer más hermosa del mundo y tú te atacas de la risa porque piensas en cómo te ves en las mañanas…
10. ¿Qué cosa harías aunque no te pagaran?
Sería una escucha de la gente, pero no como psicóloga chafa de esas que atienden por Internet. Me encantaría poner una casa de migrantes en Monclova, que queda a dos horas de la frontera.
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