Seamos honestas, en cuestión de moda y estilo, nosotros somos las primeras en decir mentiras sobre la ropa, sobre ir a comprar al centro comercial, sobre nuestro estilo […]
Seamos honestas, en cuestión de moda y estilo, nosotros somos las primeras en decir mentiras sobre la ropa, sobre ir a comprar al centro comercial, sobre nuestro estilo y sobre todo, nuestro guardarropa.
¿Te suenan conocidas estas mentiras?
«No voy a comprar nada»
Siempre que decimos eso, terminamos comprando algo, al menos mínimo, como una pashmina, unos aretes, unas sandalias o incluso un llavero ¡Puras mentiras!
“Lo usaré toda la vida”
Nos encanta autoconvencernos de que una prenda vale la inversión, pero no nos mintamos. Es muy probable que jamás te pongas esas botas picudas rojas porque no tienes nada con qué combinarlas y caminar con ellas se siente como caminar sobre clavos.
“Estoy lista en cinco minutos”
Usualmente cuando decimos eso, siempre salen detalles de último momento, como escoger qué aretes nos vamos a poner, vamos apenas saliendo de bañarnos. Mejor dejémonos de mentirnos y de mentirles a quien nos espera y digamos que puede esperar sentado cómodamente.
“Es que no tengo qué ponerme”
La verdad es que no tengo nada que quiera usar o siento que necesito ropa nueva. Puede ser que tengamos el sentimiento de que hace falta modernizar nuestro guardarropa, pero de que tenemos que ponernos, lo tenemos.
«¿Mi talla? Soy S o M»
Nos encanta mentirnos sobre nuestra talla para no sentirnos tan mal. La mayoría de las mujeres nos sentimos mal de decir nuestra talla, pero ¡no deberíamos! Ama tu talla, deja de sentirte mal por ser talla 34 o 36 ¡Ama tus curvas!
«¡Qué raro! Debe venir en tallas reducidas»
Esas noches de cenar taquitos, de ir por una hamburguesa con el novio y comer tantos chocolatitos han hecho estragos en nuestro cuerpo y ya están empezando a cobrar factura. Aceptemos que hemos engordado, en lugar de decirnos que las tallas vienen pequeñas, pues sólo aceptando la verdad podremos hacer algo al respecto.
«Me queda apretado, pero voy a bajar de peso para ponérmelo»
Típico, en el 80% de los casos en el que esa frase es usada, esa prenda de ropa se queda en el fondo del clóset esperando que en verdad la dueña se la pueda poner. No compremos ropa que no nos queda porque tenemos la intención de adelgazar. Ni aunque esté en rebaja.
«No voy a gastar más»
La próxima vez que veas en el aparador una prenda que te gusta, vas a entrar y comprártela. Seamos honestas. El dinero parece que nos pica en las manos. La mayoría de las mujeres somos fatales con dinero en la mano y somos terriblemente influenciables a lo que vemos en las tiendas.
«Me queda bien y está en rebaja»
Me queda medio bien, está medio feo, pero como está en rebaja tengo que comprarlo ¡Es una ganga! Es lo que estamos pensando mientras evaluamos esa prenda y tratamos de convencernos que nos lo pondremos todo el tiempo, que nos queda perfecto y que es fabuloso.
«Todavía me queda»
Necesitamos una talla extra. Evita sentirte toda apretada dentro de tu ropa. Si notas que ya ese pantalón no te queda tan bien, es mejor que lo dejes colgado y te compres otro o empieces a hacer ejercicio para quemar esos kilitos extra. ¡Seamos honestas con nosotras mismas!
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