Hoy muchos padres nos quejamos de que los niños de son más inquietos que antes, pero la realidad es que los estamos estimulando de más y ahora […]
Hoy muchos padres nos quejamos de que los niños de son más inquietos que antes, pero la realidad es que los estamos estimulando de más y ahora vemos las consecuencias de ello. Exploremos que es lo normal y que podemos hacer para evitar hijos sobre estimulados.
¿Qué es lo normal?
«Lo normal es un niño inquieto, cuídense cuando su hijo está tranquilo y sentado por horas», nos dice la psicóloga Martha Alicia Chávez autora de libros como Tu hijo, tu espejo de editorial Grijalbo Mondadori. El niño tiene por naturaleza la necesidad de explorar, de buscar. Está desarrollando su motricidad gruesa y fina, de ahí que sus músculos y su mismo ser, le piden que esté en movimiento y brincando.
Niños hiperestimulados
Si nos basamos en la definición de «inquieto» se distinguen tres aspectos: Que se mueve mucho, interesado por aprender y agitado o nervioso. Es el tercer aspecto, el estar agitado y nervioso lo que estamos exacerbando como sociedad. El ritmo de vida es apresurado, todo lo queremos rápido y jalamos a los niños a funcionar en esa velocidad, no les damos su tiempo para hacer las cosas o aprender a su ritmo. Caemos en una gran contradicción: queremos niños más tranquilos y obedientes, pero los sobreestimulamos y les exigimos más.
Al sobreestimular el cerebro con ruidos fuertes, colores intensos, cambios de escenas rápidas (videojuegos, TV, tablets), se activan determinadas zonas del cerebro, obligando que las ondas eléctricas tomen un ritmo más acelerado. Esto provoca mayor inquietud y ansiedad. No olvidemos que el cerebro del niño está aún en desarrollo, así que si los acostumbramos al acelere, será más difícil que aprendan a concentrarse y a relajarse.
Canaliza su energía
Los niños sanos son inquietos y están llenos de energía. El secreto es que utilicen esa energía a su favor, el ejercicio es ideal para que se desfogue físicamente. Fomenta el juego, actividades al aire libre y el baile. En cuanto a lo cognitivo, fomenta su curiosidad con actividades que lo motiven como el dibujo, la ciencia, el teatro, etcétera.
No lo sobreestimules
Inculcarles buenos hábitos y el uso adecuado de la tecnología son excelentes opciones para ayudar al niño inquieto. Toma en cuenta estas recomendaciones:
1) Su cuarto
Martha Alicia Chávez recomienda que la recámara sea minimalista, evitar llenar de repisas con juguetes, colores intensos en las cortinas o las paredes. Procurar que sea un espacio que propicie la relajación. Prohibidas en este espacio la TV o computadora.
2) Sueño
Los niños están durmiendo menos, advierte la especialista, lo recomendado es de 10 a 12 horas diarias. La falta de sueño altera el estado de ánimo, las capacidades motoras y cerebrales. Aumenta la impulsividad, la irritabilidad y disminuyen sus reflejos.
3) Videojuegos y TV
Los niños usan los dispositivos digitales y videojuegos de cuatro a cinco veces más de lo recomendado (una hora dos en niños de 3 a 5 años y dos horas en niños de 6 a 18 años) advierte la especialista Cris A. Rowan en su libro Virtual Child. Este exceso está asociado con un aumento en la impulsividad, disminución de la capacidad de autorregularse y problemas de aprendizaje.
4) Expectativas
Como ya mencionamos, los padres aceleramos a los niños cuando los forzamos en su desarrollo tanto físico como cognitivo. Revisa que tus expectativas sean realistas de acuerdo a lo esperado para su edad.
Esperamos que nuestra nota: Mi hijo es muy inquieto…y yo tengo la culpa te sirva.
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