Ni es para siempre, ni existe la media naranja. ¿Qué? ¿En serio? Mmm, sí, te presentamos algunos mitos sobre el amor que debes dejar de creer para comenzar para vivirlo tal y como es.
Lucía Etxebarria —filóloga, periodista y escritora valenciana—, en su libro Más peligroso es no amar, señala varias creencias erróneas sobre el amor. Teresa Díaz nos comparte 10 mitos sobre el amor que debes dejar de creer, tal y como publicamos en la revista Fernanda de agosto.
1.- El amor como encuentro de la media naranja. Toda elección implica una renuncia de entre muchas opciones que también pueden ser buenas. Siempre habrá un otro mejor (y peor también, obvio ), pero la idea de que «en algún lado estará esperándome mi otra mitad», nos impide entender que los buenos amores se eligen pero también se construyen en el diario caminar.
2.- El amor como fusión. Hay fusión cuando la vida de dos personas transcurre completamente en común en lo que se refiere a sus intereses, deseos y valores. Otro camino posible —más libre y maduro— consiste en construir una relación donde cada uno se abre a la individualidad, distancia y diferencia del otro. La idea de «tú y yo somos uno mismo», tarde o temprano empobrece el vínculo o termina asfixiando la relación.
3.- El amor como enamoramiento. El enamoramiento es un estado alterado de conciencia en donde no amas a la otra persona, sino que idolatras su imagen idealizada. Es temporal, engolosinador y fascinante. Pero amor y enamoramiento no son equivalentes y, por tanto, si uno deja de estar enamorado no significa que no se ame a la pareja, o que no se le pueda amar.
4.- El amor como todopoderoso. A esto Etxebarría le llama «el mito de la omnipotencia»: si el amor es verdadero, nada debería interferir con él. Sin embargo, el amor ni lo sabe todo ni lo puede todo. Hay quienes amando profundamente fracasan en la construcción de una buena vida en común.
5.- El amor como eterno. No entender que el amor tiene fecha de inicio y, muchas veces, también fecha de caducidad, genera patrones de abnegación y entrega que acaban por crear relaciones poco satisfactorias, o por sostener patrones donde alguien se somete y le cobra al otro las conductas de sumisión.
6.- El amor como sentimiento. Al inicio de una relación, la exaltación emocional tiende a ser la constante y esto conecta con la sensación de que «el otro me completa». Sin embargo, se requiere razón y voluntad, más allá de los buenos sentimientos en momentos determinados, para construir una relación sólida.
7.- El amor como unión estable dentro del matrimonio. El gran error de muchas personas es pensar que, si la pareja no quiere casarse, no hay amor verdadero, lo cual dista mucho de lo que experimentan muchas personas comprometidas con su relación en modelos amorosos funcionales, no matrimoniales.
8.- El amor como emparejamiento. Cuando sexo, paternidad y economía estaban en el mismo paquete del matrimonio, las diferencias entre la vida en soltería y la vida de casados eran muy marcadas y casi el único camino a la madurez. Hoy no se necesita de una pareja para sobrevivir: la soltería es una tendencia, un derecho y una posibilidad válida de estilo de vida en la actualidad.
9.- El amor es incondicional. No hay amor incondicional más que el de la madre a su bebé, los primeros meses de su vida, y eso a veces. Las personas vivimos de los intercambios y más en las relaciones amorosas: «te doy algo y espero algo de ti». Si bien no vamos, en el mejor de los casos, llevando a cuenta gotas la lista de lo que hemos compartido, buscamos en nuestra pareja algo que nos aporte crecimiento, satisfacción y beneficio.
10.- El amor como monogamia. ¿Es posible que todos los deseos pasionales, románticos y eróticos se satisfagan exclusivamente con la propia pareja? El amor crece en la presencia y constancia, pero la pasión en la distancia, imposibilidad y ocultamiento; esto crea la contradicción entre lo doméstico y lo erótico. Helen Fisher, antropóloga estadunidense, afirma que nuestra constitución psico-emocional permite tener experiencias eróticas y amorosas complejas y contradictorias al mismo tiempo. Así se puede amar a más de una persona, aunque esta experiencia normalmente sea descalificada e interpretada como signo de alteración mental o como prueba fehaciente de que no se quiere a nadie. Por eso, insisto en afirmar que las relaciones extraconyugales y los nuevos acuerdos amorosos no han de ser necesariamente incompatibles con relaciones amorosas duraderas y satisfactorias, pero han de ser eso: acuerdos.
No se puede concebir el amor como único, sólido y objetivo; el amor es contradictorio, múltiple, complejo y cambiante. Y estos mitos sobre el amor que debes dejar de creer lo comprueban.
Escrito por Teresa Díaz para Fernanda, Collage de Liliana Sánchez, Coeditora de Arte de Fernanda.
Tere Díaz es psicoterapeuta familiar. Estudia los nuevos modelos amorosos y la soltería. Socia fundadora del concepto S1ngular. Colabora en Excélsior, S1ngular, Moi, entre otros medios | terediaz.com | Twitter @tedisen | Facebook
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