Pon tu intención y saca tu sal de mar.
En la cultura turca, el mal de ojo, conocido como “nazar”, es un concepto popular que hace referencia a un tipo de energía negativa o una forma de poder espiritual oscuro que surge de los celos o la envidia. Para contrarrestarlo, saber cómo activar el ojo turco es primordial.
Ojo turco: diferencia con Hamsa
El ojo turco tiene forma de círculo o lágrima, con colores azul, blanco y negro que dibujan la forma de un ojo. El material que se usa con mayor frecuencia es el vidrio y se pone sobre la ropa de los niños o se cuelga en las paredes de edificios, dentro de coches u otras pertenencias para protegerlas.
El ojo turco no se debe confundir con la mano de Fátima o Hamsa, otro símbolo que funciona como amuleto con forma de mano, popular en el suroeste de Asia y noreste de África, que también suele ser azul y llevar un ojo en la palma de la mano, pero usado más en la joyería y la decoración turcas.

Cómo activar el ojo turco: ritual con sal de mar
Para comenzar cualquier ritual, lo primero es tener clara tu intención, en este caso, es protegerte de la energía negativa. Una vez que la tienes clara en tu mente, comienza por limpiar el ojo turco, sobre todo si alguien lo ha tocado (y recuerda que los ojos turcos no se tocan).
Para limpiarlo, usa una mezcla de agua con sal de mar y después sécalo con un paño blanco de algodón. También puedes neutralizarlo dejándolo 24 horas en un recipiente de vidrio o madera, sobre una cama de sal de mar en la que dibujes un espiral, rodeado de otras piedras colocadas en los puntos cardinales.
Una vez limpio y neutralizado, ha llegado el momento de aprender cómo activar el ojo turco: déjalo bajo la luz de la luna llena toda la noche, hasta el 12 de la mañana del día siguiente, para que también le dé la luz del sol.
Colócalo en tu entrada, en una ventana o sobre una planta, donde le dé el sol, y te protegerá del nazar, como refieren los turcos.
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