Lavar demasiado tu rostro o usar los productos equivocados pordía estar causándote problemas.
Si tu piel se ve roja, seca o irritada, es posible que tu rutina de limpieza facial sea excesiva. Sí, esto existe y podría estar pasándote. Aquí te decimos cómo identificarla ocurre y cómo tratarla.
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Podrías estar llevando a cabo una rutina de limpieza facial excesiva por dos razones principales: lavar tu cara con demasiada frecuencia o estar usando productos agresivos.
Algunos signos y síntomas reveladores de que es posible que te estés lavando la cara con demasiada frecuencia incluyen:
Estas señales son producto de que, al limpiar excesivamente, la barrera cutánea se rompe.
Otro efecto secundario de limpiar demasiado es que la producción de grasa natural de la piel y los niveles de pH se alteran, lo que contribuye a la piel seca e irritada.
Una limpieza excesiva deja la piel propensa a la inflamación y la irritación y hay que tener en cuenta que la inflamación es el componente central de la mayoría de las afecciones de la piel.
Lo ideal es lavar tu cara una o dos veces al día con agua tibia y un limpiador suave. Esta es la manera más simple de evitar limpiarla de manera excesiva.
Por otro lado, puedes buscar limpiadores en crema o en aceite, para que los productos que uses no sean muy rudos con tu piel.
También procura limitar el uso de exfoliantes, porque pueden irritar la piel demasiado limpia, y usa productos hidratantes que repongan los niveles de humedad en tu piel. No olvides incorporar en tu rutina sueros calmantes, humectantes y mascarillas.