El cáncer de piel es uno de los pocos, si no es que el único, tipos de cáncer que son completamente prevenibles.
Aquí te ayudamos a entender algunos de los síntomas y razones por las que aparece.
El cáncer de piel es causado principalmente por la exposición al sol y a los rayos ultravioleta (UV) del sol. Los rayos UV dañan el ADN en las células de la piel, lo que puede llevar a un crecimiento celular anormal y al desarrollo de cáncer.
Los síntomas pueden variar según el tipo específico de cáncer de piel.
Es importante destacar que si tienes alguna preocupación o notas cambios en tu piel, debes consultar a un profesional de la salud para una evaluación adecuada. Los tipos comunes de cáncer de piel incluyen el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma.
Es fundamental realizar autoexámenes periódicos de la piel y prestar atención a cualquier cambio. Además, las revisiones dermatológicas regulares son esenciales, especialmente si tienes antecedentes familiares de cáncer de piel o si tienes factores de riesgo significativos, como una exposición prolongada al sol sin protección. La detección temprana es clave para el tratamiento exitoso.
Descubre cuál es tu tipo de piel
La exposición excesiva a la radiación UV proveniente del sol o de fuentes artificiales, como las lámparas solares, es un factor de riesgo clave para el desarrollo de cáncer de piel. La radiación UV daña el ADN en las células de la piel y puede llevar a mutaciones que desencadenan el crecimiento de células cancerosas.
Las quemaduras solares graves, especialmente en la infancia o adolescencia, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel en el futuro.
La exposición continua al sol sin protección aumenta el riesgo. Esto incluye actividades al aire libre, trabajos al sol y otras situaciones en las que la piel está expuesta durante largos períodos.
Las personas con piel clara tienen menos pigmento protector (melanina) en la piel, lo que las hace más propensas a daños por la radiación UV y, por lo tanto, tienen un mayor riesgo de cáncer de piel.
La predisposición genética puede influir en la probabilidad de desarrollar cáncer de piel. Si hay antecedentes familiares de esta enfermedad, es posible que haya un mayor riesgo.
La exposición a ciertos productos químicos o radiaciones también puede aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Personas con sistemas inmunológicos debilitados, ya sea por enfermedades crónicas o medicamentos inmunosupresores, pueden tener un mayor riesgo.
Aunque el cáncer de piel puede ocurrir a cualquier edad, el riesgo aumenta con la edad debido a la acumulación de exposición al sol a lo largo de la vida.
Lesiones pasadas, cicatrices o quemaduras en la piel también pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo.
La detección temprana y el tratamiento son fundamentales para el pronóstico del cáncer. Se recomienda el uso de protector solar, ropa protectora y evitar la exposición excesiva al sol para reducir el riesgo. Las revisiones periódicas de la piel y la atención a cualquier cambio en los lunares o manchas cutáneas también son importantes para la detección temprana.
Si tienes preocupaciones sobre la salud de tu piel, es fundamental consultar a un dermatólogo.