El acné a nadie nos cae bien y tal parece que nos sale en el peor momento, en la fiesta importante o el evento de trabajo, cuando […]
El acné a nadie nos cae bien y tal parece que nos sale en el peor momento, en la fiesta importante o el evento de trabajo, cuando nos gusta alguien o en el viaje tan esperado. Hay otras personas que lo tienen todo el tiempo y más bien incomoda nuestra existencia en general. Pocos temas le llegan tan cerca a mi corazón porque yo misma lo padecí y se la inseguridad y dolor que ocasiona. Si eso dije, dolor, porque hay granitos que duelen físicamente y ni se diga psicológicamente.
El acné nos da lata desde la adolescencia por culpa de las hormonas tan cambiantes. Las hormonas del desarrollo sexual de la pubertad tanto de la mujer como las del hombre tienen alti-bajos y la piel resulta ser un órgano muy sensible a las hormonas. Después de la adolescencia suelen quitarse, pero en algunas personas persisten. En los hombres las hormonas generalmente se estabilizan pero en la mujer no paran de tener alti-bajos: la menstruación cada mes, el embarazo y claro, aunque no lo creas, hasta en la menopausia. El hombre que continúa teniendo acné después de la adolescencia seguramente tiene una genética muy fuerte para acné en la familia o de plano, algún cambio fuerte en su vida o es por medicamentos y a veces de plano algún problema hormonal, pero no es lo común.
Entonces ¿Qué tenemos que hacer ante el acné?. Primero entender que no siempre es “normal”, y segundo tratarlo con un experto. Esto es, un Dermatólogo. Si eres una adolescente, pues se vale un poco de acné, aunque insisto, ¿Por qué lo has de tener si se puede tratar? Ahora, si eres una adolescente con poco acné y que no te importa mucho, quizás no se necesita el tratamiento, pero si tienes poco, moderado o mucho y te está incomodando la vida, trátalo. Creo que es muy sencillo tomar la decisión. Existen un sin fin de estudios científicos que demuestran que el acné causa depresión a cualquier edad y en la adolescencia, cuando la inseguridad abunda y la personalidad esta en desarrollo, no necesitamos un factor agravante en la vida. También hay que considerar aquellos casos en los cuales ya están quedando algunas cicatrices. Estos son los casos en los cuales no hay que perder tiempo, aquí el tratamiento urge para no permitir algo permanente. Aunque existen excelentes tratamientos para las cicatrices, nunca es lo mismo que no haberlos tenido. En lo personal, me parece un crimen hoy día con tantos tratamientos buenos, permitir que alguien se este marcando con cicatrices de acné.
Por lo tanto hay que tratarlo con el experto y considerar si hay algún problema de fondo o no. Si hay evidencia clínica (síntomas y detalles que buscamos los dermatólogos) de algún problema de fondo, estamos obligados a realizar estudios. De lo contrario, iniciar de inmediato con un tratamiento en casa. También hay muy buenos tratamientos en consultorios que te pueden ayudar a avanzar hacia la mejoría de forma más rápida y efectiva. Ejemplos de esta tecnología incluyen la infusión dérmica que ayuda a limpiar la piel como si fuera un facial, pero sin pellizcar, que se lleva escasos 20-30 minutos (¿maravilloso no?) o la luz pulsada que sirve para quitar la marcas rojas o moradas que dejan algunos granitos. Claro que siempre hay que considerar el tratamiento para las cicatrices que incluyen láser, peelings, rellenos etc. (hay muchos más).
Eso sí, como siempre, les encargo que no pierdan tiempo y dinero (¡vaya que cuesta!) en tratamientos que salen en la televisión o recomendados por alguien más que aunque tal vez le funcionó, no todos somos iguales ¿cierto?
Más información en Skin Project
Dra. Diana Aline García Arteaga
Médico Cirujano egresada de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla
Especialidad en Dermatología y subespecialidad en Cirugía dermatológica y Dermato oncología
Egresada del centro dermatológico Dr. Ladislao de la Pascua