Muchas de las cosas que les hacemos a nuestras vaginas en el nombre de la higiene y la belleza son innecesarias. Y en algunos casos, incluso peligrosas. Las […]
Muchas de las cosas que les hacemos a nuestras vaginas en el nombre de la higiene y la belleza son innecesarias. Y en algunos casos, incluso peligrosas.
Las salas de emergencia han visto un aumento de cinco veces en los últimos años, de casos como laceraciones y otras lesiones vaginales causadas por la depilación… Lo sé, lo sé – Da miedo. La mayoría de estas lesiones fueron causadas por el afeitado. Y cuando se piensa en ello, es sorprendente que nosotras lo hacemos para lucir perfectas a la hora de tomar el sol, sin tomar en cuenta que podemos acabar en una cama de emergencias. Estos son algunos ejemplos de cómo estamos dañando nuestras vaginas, con sugerencias sobre la manera de hacer las paces. Porque la vida es mejor con una vagina feliz.
1. Depilar:
El vello corporal, especialmente el vello púbico, es un tema dividido, tanto en términos de feminismo como de la moda. Las mujeres deberíamos salvarnos del dolor sólo eliminando el vello de las líneas del bikini, en lugar de rasgar todo. Evitaríamos infecciones de la piel, pelos encarnados, quemaduras de cera, quemaduras químicas, cortes y rasguños, comezón imparable – todo por la búsqueda de la suavidad. Por no mencionar el ocasional «Dios mío, espero que esto sea un grano, y no herpes!» Todas lo hacemos, por supuesto, pero tal vez debamos tener un poco de más cuidado la próxima vez, además no olvidemos mantener limpia el área.
2. Jabón:
La vagina es como una flor delicada: Sólo necesita agua. Todo el sistema está configurado para ser auto-limpieza. Es recomendable usar un jabón suave en las partes exteriores de la vulva, pero no es necesario ir más adentro. Jabones fuertes pueden causar irritación en los tejidos sensibles, y de difícil secado, lo que provoca el saldo conjunto de humedad.
Las duchas vaginales. Simplemente innecesarias, porque lavas las buenas bacterias y levaduras necesarias. Eso es como una invitación a las bacterias a causar una gran infección. Además, puedes forzar a las bacterias malas a subir a tu tracto reproductivo. (Los especialistas no la recomiendan)
3. Tampones:
Los tampones son una espada de doble filo en la higiene de la vagina. Ellos absorben toda su humedad interna, haciendo que la vagina se sienta seca e incómoda. Causan desgarro microscópico. Pero eso no significa que necesitas dejar de usarlos. Aparte de síndrome de shock tóxico (que, aunque raramente se presenta), no causan problemas de salud a largo plazo. Sin embargo, si deseas dar a tu vagina un descanso, entonces tal vez podrías probar una copa menstrual o algunas algunas almohadillas de tela suave.
4. Telas ajustadas:
Tu vagina no tiene pulmones, pero deberíamos tratarla como si tuviera. Sí pulmones vaginales. Esa sí que es una imagen mental impresionante. Si te pones los pantalones muy ajustados, telas no transpirables, o trajes de baño húmedos durante un largo período de tiempo, estás creando las condiciones perfectas para una infección de levadura o infección bacteriana. Es momento de tirar esos pantalones de la secundaria.
5. Sexo sin protección:
El sexo sin protección. Es muy tentador, pero sólo parece una buena idea hasta que te despiertas con herpes. Y si bien muchas ETS se pueden tratar y padecer alguna sin duda no te hace «promiscua» o digna de cualquier otro estereotipos arcaico, no es muy divertido. A tu vagina no le gusta.
¡Ahora que lo sabes, a cuidar tu salud íntima!
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