Si cada año nuevo te pones uno o varios propósitos para mejorar tu vida, ¡no estás sola! Millones de personas lo hacemos cada año. En 2016, cumple […]
Si cada año nuevo te pones uno o varios propósitos para mejorar tu vida, ¡no estás sola! Millones de personas lo hacemos cada año. En 2016, cumple tus propósitos de fin de año con el método SMART.
Somos muchos los que nos ponemos todo tipo de objetivos a principios de año. El problema es que, como seguro sabes –y sabemos todos, ejem-, muy pocos son quienes realmente los cumplen. El resto nos quedamos frustrados, sin saber en qué fallamos o por qué nuestra voluntad es tan débil. La buena noticia es que cumplir con tus propósitos va más allá de tener voluntad o echarle ganas. La clave es establecer objetivos bien planteados. ¿Cómo se hace? Fácil, cumple tus propósitos de fin de año con el método SMART.
Las siglas SMART son las iniciales de las palabras en inglés para específico, medible, alcanzable, orientado a resultados y en un tiempo determinado.
Específico (specific)
Debes plantear tu propósito lo más concreto y preciso posible. Por ejemplo: “Voy a adelgazar” no es un objetivo específico. “Voy a adelgazar 2 kilos al mes, en un periodo de 6 meses haciendo tal dieta y tantas horas de ejercicio” sí lo es. De no hacerlo, caminarás sin un rumbo fijo y sin una meta clara, lo que seguramente no te acercará a tu objetivo jamás.
Medible (measurable)
Para poder saber si lo estás cumpliendo o no, debes establecer números o medidas para definir si el plan de acción que sigues es el adecuado y te está acercando a tu meta. Por ejemplo, si decides perder peso pero nunca te subes a la báscula durante la dieta, no sabrás si has bajado o no y si tus planes están funcionando. Por el contrario, pesarte una vez a la semana te permite medir tu progreso y tomar las medidas necesarias para cumplir tu objetivo. Lo que no se puede medir no se puede controlar.
Alcanzable (attainable)
Para alcanzar un objetivo es básico que te preguntes si lo puedes conseguir o es imposible y, sobre todo, que lo plantees de una forma alcanzable. Por ejemplo: decir “voy a adelgazar 20 kilos en un mes” no es algo alcanzable ni realista, lo mismo que decir “voy a hacer 2 horas de ejercicio diario”, si sabes que en realidad tienes media hora para ello. Plantearse propósitos y objetivos inalcanzables es lo que nos lleva a la frustración. Los objetivos planteados deben estar dentro de las propias posibilidades y tu realidad. Si para conseguir el trabajo de tus sueños tienes que hablar alemán, quizá no sea imposible lograrlo en un año, pero sí en un mes, ¿no?
Orientado a Resultados (result oriented)
Debe representar algo importante para ti, ser determinante en tu vida y ofrecerte una ganancia, de lo contrario, ¿para qué tanto esfuerzo? En ese sentido, plantea qué resultados esperas conseguir, cuál es el fin mayor y qué metas específicas vas a lograr. Si no lo tienes en mente, te será más fácil postergar u olvidar tu objetivo y tus esfuerzos. Por ejemplo, vas a adelgazar, pero ¿cuánto? Y mejor aún, piensa qué resultados más profundos y beneficios te va a dar adelgazar. Plantea tu intención.
Temporal (time)
Debes establecer el rango de tiempo en el que tu objetivo será alcanzado, de lo contrario, si lo dejas indefinido, no sucederá. De igual forma, debes establecer metas temporales más pequeñas y consecutivas que, sumadas una a la otra, te lleven a lograr el propósito mayor. Llevar una cronología te ayudará a planificar el paso a paso y a establecer retos más cortos, fáciles y alcanzables que te acerquen a la meta final.
Nota: Hay autores que indican que la «R» es por «realista», otros la definen como «relevante» o «orientado a resultados». A mí me gusta más este último significado porque «realista» y «alcanzable» son similares, pero si no sabes qué quieres conseguir en cuanto a resultados y no los tienes muy claros, será muy complicado enfocar tu esfuerzo. Por eso me quedo con este acercamiento.
Haz la prueba y aplica este método a tus propósitos de fin de año. Tómate tu tiempo para hacer este ejercicio y tenlo a la vista siempre, para que recuerdes tu objetivo y no te desvíes de él. Verás que en la práctica, cumplirlo te será mucho más fácil.
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