La clave está en elegir los tonos y la técnica adecuados.
Cuando se trata de técnicas de coloración del cabello, el ombré y el balayage son dos estilos populares que pueden transformar tu look y ayudarte a lucir más fresca y joven. Sin embargo, cada uno tiene su propia técnica y efecto. A continuación, exploramos las diferencias entre el ombré y el balayage, además de varias formas en que puedes llevar estas tendencias de color.
El ombré es una técnica de coloración en la que el cabello presenta una transición de un color más oscuro en las raíces a un tono más claro en las puntas. Este efecto crea un contraste notable que puede ser muy dramático, pero también puede adaptarse a looks más sutiles.
Por otro lado, en el balayage se centra en iluminar ciertas secciones del cabello para crear un efecto de “sol” (para que luzca más orgánico), por lo que el color se aplica de manera más libre y natural. El resultado es un color más suave y multidimensional que se ve más natural y menos contrastante.
Diferencias clave entre el ombré y el balayage
El ombré implica una degradación de color clara y definida, mientras que el balayage se basa en una aplicación manual que permite un acabado más difuso y natural. En cuanto a la transición, el ombré presenta un cambio más evidente de color, mientras que el balayage ofrece una mezcla más sutil. Además, el balayage generalmente requiere menos mantenimiento, ya que el crecimiento del cabello es menos notorio debido a su aspecto natural.
5 formas de llevar un ombré y un balayage para lucir más joven
1. Castaño claro con destellos de oro
- Este estilo en un ombré proporciona un efecto de luz que resalta los rasgos faciales y da un aire juvenil.
- Opta por un balayage en castaño claro con destellos dorados que enmarquen el rostro, aportando calidez y frescura.
2. Rubio platinado con raíces oscuras
- Un ombré rubio platinado que se desvanece en raíces más oscuras crea un contraste audaz y moderno.
- El balayage con rubio platinado disperso en un fondo más oscuro ofrece un look luminoso y suave, perfecto para un estilo más natural.
3. Tonos caramelo y miel
- Un ombré en tonos caramelo que empieza oscuro en las raíces y se transforma en un rubio miel en las puntas da luminosidad al rostro.
- El balayage en tonos miel sobre una base castaña es ideal para iluminar el rostro y crear un efecto juvenil y fresco.
4. Tonos cenizos
- Un ombré en tonos ceniza que empieza más oscuro y se va aclarando aporta un look elegante y moderno.
- Un balayage en tonos ceniza puede dar un efecto de profundidad y frescura, ideal para quienes buscan un cambio sutil.
5. Pasteles suaves
- Si te atreves, un ombré en tonos pastel (como lavanda o rosa) puede ser juvenil y divertido.
- Un balayage en tonos pastel sutiles sobre una base más oscura permite un look fresco y vibrante sin ser demasiado dramático.
No dudes en consultar a un profesional para encontrar el color perfecto que realce tus rasgos y te haga sentir renovada.
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