Los vellos enterrados son molestos e incluso pueden llegar a infectarse.
Los vellos enterrados son súper molestos y, desafortunadamente, todas hemos pasado por una situación en donde nos tuvimos que depilar de cierta manera y terminamos con comezón, picazón, enrojecimiento e hinchazón.
Son más comunes cuando te depilas con rastrillo, pero también tiene mucho que ver qué tan grueso sea tu vello corporal.
Después de la depilación, el vello cortado puede enchinarse hacia la piel y crecer bajo la superficie de ésta. El vello genera una protuberancia que a menudo confundimos con un granito. Estos vellos enterrados causan comezón, enrojecimiento, hinchazón y hasta dolor.
Este tipo de cosas suceden más en las partes del cuerpo que rasures donde haya vello grueso, como las axilas y el pubis.
La recomendación es que, si ya tienes uno, evites a toda costa rascarte para no irritarte y que provoques que tarde más tiempo en sanar.
Sigue las siguientes recomendaciones para que no sufras más con los vellos enterrados.
Con estos tips estarás lista para tu siguiente depilación. Recuerda que si un vello enterrado se te llega a infectar o después de dos semanas no cede, deberás acudir al dermatólogo para que te revisen y te den el tratamiento adecuado.