Un toque de brillo extra.
El lip gloss está de regreso y a todas nos encanta para crear combos de labios como el de la Rosalía, pero también puede ser utilizado en el maquillaje, para darte ese toque de brillo extra.
La lógica de usar gloss como parte de tu maquillaje se rige por las mismas reglas habituales del iluminador para darle brillo a tu carita. Sólo tienes que concentrarte en los 3 puntos altos de tu rostro: la parte superior de los pómulos, el hueso de las cejas y el arco de Cupido.

También puedes aplicar un poco en el centro de los párpados, a lo largo de los huesos de las cejas y en las esquinas internas de los ojos. Pero a diferencia del iluminador, cuando usas gloss como parte de tu maquillaje debes omitir el puente de la nariz y la barbilla.

Por otro lado, y también a diferencia del típico iluminador, cuando usas el gloss en otras partes que no son tus labios menos es más. Una cantidad del tamaño de un chicharito será más que suficiente para todo el rostro.
Ahora, para aplicarlo, los dedos son la mejor herramienta posible, gracias a la fórmula similar a un gel y a la pequeña cantidad necesaria. Solo recuerda que deben estar limpios, así que asegúrate de lavarlos primero para evitar ensuciar el brillo durante la aplicación.

Usar las yemas de los dedos para aplicar brillo facial es la mejor opción por dos razones: puedes controlar la cantidad de producto que se aplica y tus dedos son perfectos para mezclar.
Hacerlo con pequeños toquecitos hará que el brillo se hunda en la piel, se sienta menos pegajoso, pero al mismo tiempo ayudará a darle ese brillo similar al del vidrio.
Por último, antes de usar tu gloss como brillo facial, considera tu base de maquillaje. El brillo facial no sólo puede ser una lupa para los brotes y granitos, sino que tampoco funciona bien con bases más espesas.