Olvídate de la tristeza repentina, de los dolores de cabeza, y casi de cualquier mal teniendo orgasmos… lee de lo que hablo: El orgasmo también puede producir […]
Olvídate de la tristeza repentina, de los dolores de cabeza, y casi de cualquier mal teniendo orgasmos… lee de lo que hablo:
El orgasmo también puede producir un efecto antidepresivo. Provoca una actividad mayor e intensa en las partes líbicas profundas del cerebro, que vuelven a la normalidad después del sexo. Los antidepresivos también suelen calmar la actividad de las partes límbicas del cerebro. Las personas que hacen el amor de forma frecuente sufren menos de depresión, una de cuyas razones puede ser la frecuencia del orgasmo.
Cuando el hombre tiene un orgasmo, se activa un área del sistema límbico llamada «unión mesodiencefálica». Se sabe que las células de esta zona del cerebro producen algunas de las sustancias del placer. Al mismo tiempo se ha demostrado que la amígdala, el centro del miedo del cerebro, pierde actividad en el hombre durante el acto sexual. Esta zona interviene asimismo en la vigilancia, de ahí la posible necesidad de que animales y personas tengan que bloquear esta parte del cerebro del miedo también propicie el sentimiento de compromiso del hombre.
Las prostaglandinas, unos ácidos grasos que se encuentra en el semen, son absorbidas por la vagina y probablemente desempeñen algún papel en la modulación de las hormonas y el estado de ánimo femeninos.
En un estudio se observó que las mujeres que practican sexo oral a su pareja tienen menos probabilidades de pacer preeclampsia, que provoca una peligrosa subida de la presión arterial durante el embarazo. Además, el esperma contiene TGF-beta, una molécula que puede aumentar la actividad de las célular naturales, que atacan a las células anormales que dan lugar a los tumores.
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