“¿Cómo le hago para pedirle algo –en el terreno sexual- a mi pareja?” Pues bueno, habría que empezar por decir que, prácticamente, en toda relación –sexual y/o […]
“¿Cómo le hago para pedirle algo –en el terreno sexual- a mi pareja?” Pues bueno, habría que empezar por decir que, prácticamente, en toda relación –sexual y/o emocional- tenemos responsabilidades con nuestra pareja y con nosotras mismas. Entender cuáles son nos puede ayudar a tener un mejor entendimiento –sexual y emocional- con nuestra pareja –en turno o de planta-.
Paciencia, la madre de todas las virtudes. Si realmente queremos llegar a un acuerdo, la paciencia es fundamental; probablemente no lleguemos a un acuerdo la primera vez o tal vez, nos ofendamos y tengamos que retomar la plática en otra ocasión. Vayamos por pasos.
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Escuchar no es igual a enjuiciar. Es todo un arte aprender a escuchar los pensamientos, sentimientos, emociones, ideas, sueños y fantasías de nuestra pareja. Así como también, sería importante que nuestra pareja hiciera lo mismo con nosotros.
Honestidad –con todo y el miedo a lastimar-. Muchas veces no nos animamos a ser 100% honestos con nuestra pareja por miedo a herir sus sentimientos. De la mejor manera que encontremos, es importante ser sinceros sobre lo que hacemos, pensamos, sentimos y deseamos.
Se vale discutir, se vale no estar de acuerdo. En general, las personas –sobre todo en pareja- tenemos diferentes deseos, sueños, fantasías e ideas acerca de la sexualidad. Tenemos todo el derecho a ver las cosas diferentes, pero es importante respetar las opiniones, sensaciones y emociones de mi pareja.
El mundo no gira en torno a mí. No todo lo que dice mi pareja tiene que ver conmigo o me atañe a mí directamente. Si queremos llegar a acuerdos en materia sexual, necesitamos confiar en que no es personal… su fantasías no hablan de lo “bien” o “mal” que está conmigo.
Una vez que ya estamos en esta nueva actitud, entonces sí, es momento de negociar… antes –ahórrate el mal rato- y mejor ni lo intentes.
RECORDATORIO: Todas las parejas tienen conflictos. Una buena solución es llegar a acuerdos, para esto es importante decidir qué va primero:
Satisfacer mis deseos.
Satisfacer sus deseos.
Trabajar ambos en algo que nos satisfaga a los dos.