No existen las parejas perfectas, pero sí hay forma de buscar la que te haga más feliz. Los relatos más absurdos que he escuchado se han tejido […]
No existen las parejas perfectas, pero sí hay forma de buscar la que te haga más feliz.
Los relatos más absurdos que he escuchado se han tejido en torno a historias de amor. Amores entre personas que no tenían nada que ver, amores caóticos, formas de amar irreconciliables. ¿Te suena?
Al psicólogo John Allan Lee le pareció que existían ciertos estilos amorosos predecibles y descartó que en nuestra época existiera una sola forma de amar o estar en relaciones de pareja. Además, concibió que esos estilos no son estáticos: pueden variar en una misma persona a lo largo de la vida, cuando se cambia de situación y/o pareja. LLamó a su propuesta la Teoría de los colores del amor para describir los diferentes estilos o formas de amar. Identifica la tuya:
- El amistoso: El amor se desarrolla lentamente y tiende a formarse un compromiso a largo plazo, que incluye amistad, afecto, entendimiento mutuo, compatibilidad y seguridad. Los amantes predominantemente amistosos no le otorgan mayor peso al apasionamiento, por lo que la apariencia física y la satisfacción sexual no resultan fundamentales.
- Erótico: Se basa en la atracción física hacia la pareja, con la que se busca principalemente goce y consumación sexual, dándole gran importancia a la apariencia física ideal. Es un tipo de amor es altamente valorado en la actualidad, ya que se le otorga un gran peso a la pasión.
- Lúdico: Considera al amor como un juego temporal para compartirse con varias personas a la vez, carece de compromiso, intimidad y estabilidad. Son relaciones que suelen ser efímeras pero placenteras y alegres. No gozan de buena reputación social por no ser monogámicas. En esta forma de amar se encuentra el sexo casual.
Agápico: Representa una manera altruista, no egoísta y generosa de comportarse hacia la pareja, quien es considerada como la mayor prioridad y por la que se hacen sacrificios para complacerla lo más posible. Es la forma más difícil de encontrar, conjuga el deseo, la atracción y el enamoramiento con los vínculos de apego y amistad, mostrando una disponibilidad total para tomar en cuenta a la pareja y quererla por lo que es.
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Pragmático: Se basa en el análisis, planaeación, búsqueda, elección y construcción de una relación romántica basada en un perfil específico que cumpla las necesidades y expectativas personales. Las personas pragmáticas suelen valorar una pareja estable, y pueden disfrutar de la sexualidad, aunque la relación sea práctica, sosegada y baja en pasión.
Maniaco: Se manifiesta de una forma obsesiva, demandante, posesiva y celosa de amar a la pareja, a quien observa y controla constantemente. Es una mezcla de éxtasis y agonía, dependiendo del estado de ánimo del individuo y de la necesidad de atención; ansiedad y depresión surgen cuando esto no se logra.
Lo que resulta decisivo para el éxito de las relaciones es encontrar a una persona que tenga el mismo estilo, o buscar una semejanza máxima, para que puedas encontrar compatibilidad con ella. Las relaciones entre personas con estilos opuestos tendrán un mal pronóstico. ¿Te suena? ¿Cuál eres tú?
Fuente: Rolando Díaz Loving y Susana Robles Montijo, Salud y Sexualidad, UNAM.