Es hora de romper con el tabú y aprender a disfrutar de nuestra sexualidad
El sexo es un tema que, aún en la actualidad, sigue siendo tabú y motivo de vergüenza para muchas personas. Por esta misma razón, es que muchas veces suele omitirse información importantísima que, si la tuviéramos, nos sería de gran utilidad a la hora de desarrollarnos en nuestras vidas sexuales. Por eso, en esta nota te cuenta 10 cosas elementales que siempre debiste saber sobre el sexo y probablemente nadie te lo había dicho.
7 Diferencias entre el porno y el sexo real
10 cosas que siempre debiste saber sobre el sexo y nadie te dijo
1. La virginidad no existe
Cuando decimos que la virginidad no existe nos referimos al hecho de que este concepto es producto de un constructo social. Es decir, que la idea que tenemos de virginidad es más una herencia social y cultural que otra cosa. La virginidad como tal no existe en tanto que no hay un «antes» ni un «después» en la vida de una persona al tener sexo por primera vez. Una sigue siendo la persona que es tras haberse acostado con alguien más o no. Eso no tiene por qué cambiar y poniéndolo de esta manera nos parece lógico ¿no es así? Sin embargo esta idea de virginidad ha causado muchísimo daño por todos los valores que connota.
Seguramente todas crecimos escuchando a nuestras mamás, tías y, probablemente, a algunas amigas, hablar mal de alguna mujer por haberse acostado con fulanito. Porque las mujeres respetables sólo tienen sexo con el hombre con el que se quedarán toda su vida… pero entonces ¿por qué a los hombres no les aplica esta misma regla? Ahí es cuando nos damos cuenta de las contradicciones de la sociedad y del concepto de virginidad que termina englobando todos estos preceptos. Así que una manera de erradicar estas ideas tan anticuadas y dañinas es sacando de nuestro vocabulario la palabra virginidad.
2. El sexo no tiene que terminar cuando él acaba
Si a duras penas nos hablan del sexo en términos reproductivos, MUCHO MENOS nos hablan del sexo como gozo y placer. Y es que todas sabemos que podemos tener relaciones sexuales sin querer tener bebés, es decir, tan sólo por gusto. No obstante, la sociedad se ha encargado de omitir información que nos ayudaría mucho a la hora de buscar nuestro placer. Para empezar, el sexo no tiene por qué terminar una vez que el hombre eyacula; sin embargo, ¿cuántas no nos hemos quedado insatisfechas viendo a nuestro compañero semi dormido y preguntándonos a qué hora nos toca a nosotras disfrutar por igual?
La cuestión es que el sexo tiende a ser sobre simplificado hasta el punto en que se cree que este trata únicamente de penetración cuando la realidad es que es mucho más rico y complejo. Así que la próxima vez que tengas relaciones, recuerda esto y atrévete a hablar asertivamente acerca de las cosas que te gustaría probar para que tú disfrutes por igual.
3. La primera vez NO tiene que doler
Otro gran mito producto de la falta de educación sexual es este: que la primera vez tiende a doler y NO es así, o al menos no debería serlo. Independientemente de los nervios y la inexperiencia, si estás lo suficientemente excitada y lubricada, la penetración debería ser indolora. En cambio, si experimentas dolor deberías decirle en ese preciso momento a tu pareja que se detenga. Esto puede ser indicador de varias cosas: en un primer momento, puede que se trate de la situación (que no te sientas lo suficientemente cómoda o segura9), que se hayan saltado el juego previo (muy necesario para tu lubricación) y en tercer lugar, puede que incluso se trate de una afección médica llamada vaginitis. Sea como sea la lección es esta: el sexo nunca tiene que doler, ni en la primera vez ni en ninguna de las siguientes.
4. Las mujeres también eyaculan
¿Que qué? Sí, así como lo lees: las mujeres también eyaculamos y es lo más normal del mundo. Tan normal que es posible que te haya sucedido y tú ni en cuenta. Usualmente es confundida con la orina y, si bien en algunos casos puede que lleve un poco de pis, en realidad se trata de un fluido diferente. Este líquido se expulsa a través de la uretra durante el orgasmo o la excitación sexual.
Otro nombre por el cual se le conoce a la eyaculación femenina es el squirting y últimamente se ha convertido en una especie de tendencia entre aquellas mujeres que buscan vivir sus orgasmos al máximo. No hay nada de qué avergonzarse; la próxima vez, coloca una toalla debajo de ti y disfruta sin pena ni culpa.
5. Los gases vaginales suceden y no pasa nada
A todas, absolutamente todas, nos ha sucedido que en medio del momento se escucha un sonido que suena como un gas y hemos pensado «trágame tierra». Estos son los llamados gases vaginales y son ocasionados por la introducción de aire dentro de la vagina durante la penetración. Sucede normalmente cuando la penetración es muy acelerada o cuando el suelo pélvico no es muy firme. Para evitar que esto te suceda puedes intentar tener relaciones a un ritmo más lento, realizar ejercicios Kegel para tonificar tu suelo pélvico y buscar posiciones en las que el pene no se resbale tan fácilmente. Sin embargo, algo que me gustaría dejar en claro es que el sexo no es glamouroso ni se ve como en las películas. En realidad el sexo es ruidoso, a veces raro, en ocasiones ridículo y lo mejor que podemos hacer para disfrutarlo al cien es aceptar que así es esto y reírnos cuando situaciones como esta nos sucedan.
6.Todas las vulvas son diferentes en tamaño y en color
¿Quién nos metió en la cabeza que las vulvas tienen que ser rositas, chiquitas y sin un pelo encima? Si tenemos que decir culpables, yo diría que hay que señalar a la industria del porno. Esta industria tiene muchísimas cosas que criticar, pero para eso necesitaría una nota completa. Así que para fines de esta nota sólo diré que ha sido gracias al porno que de pronto la sociedad espera de nosotras fisonomías imposibles para cualquier mujer adulta y eso causa una gran inseguridad entre las mujeres.
Y es que pensemos, ¿quiénes son las únicas que verdaderamente tienen esta clase de vulva? Exacto, las niñas… y esto dice mucho de esa industria ¿no lo crees? Lo normal es que al crecer y comenzar a desarrollarte como mujer, la vulva se oscurezca y salga vello. Además, así como todos nuestros cuerpos tiene tamaños y formas distintos, también nuestras vulvas. Habrá algunas que tengas los labios exteriores más grandes que otras, otras que sean medio asimétricas y a menos que tu ginecóloga te diga lo contrario, todas las vulvas son normales. Así que abraza a tu vulva y deja de intentar que se vea como algo que no le es natural.
7. El deseo sexual no siempre es espontáneo, sino que se tiene que trabajar
Contrario a la creencia popular, muchas veces el deseo sexual no surge nada más luego de unos besos y más cuando ya llevas un rato con la misma persona. El deseo sexual, como la tierra y las plantas, debe de trabajarse y procurarse. No a todas les funciona lo mismo, habrá algunas que se exciten con caricias, otras con palabras y así una infinitud de diferencias. La cuestión aquí es que es muy importante aprender a conocer qué nos gusta y qué no, qué nos prende y qué no para que podamos disfrutar al máximo de nuestra sexualidad sin caer en frustraciones.
8. Contrario a lo que comúnmente se cree, las mujeres podemos ser más sexuales que los hombres
Una reliquia más de la colección del Museo de las Ideas Anticuadas es esta de aquí. ¿Quién dijo que los hombres son naturalmente más sexuales que las mujeres? ¿Alguien se molestó en preguntarnos? Claro que no. Las mujeres podemos ser más sexuales que los hombres por la sencilla razón de que todos somos individuos y en nuestra individualidad es cada quien experimenta el deseo sexual de manera diferente. Es como si dijéramos que naturalmente a los hombres les gusta más el jugo de naranja que a las mujeres… Absurdo. Habrá a quienes sí, les encante, mientras que otros no soporten el sabor de la naranja y lo mismo con las mujeres.
Así que ya es tiempo de deshacernos de esta idea que lo único que ha conseguido es hacer que las mujeres se sientan avergonzadas a la hora de expresar sus deseos sexuales y que los hombres se sientan presionados a ser siempre sexuales.
9. La penetración no es suficiente para llegar al orgasmo
Ya lo había señalado en un punto anterior y es que al centrar la educación sexual desde el punto masculino, se han olvidado de contemplar lo que nos gusta y funciona a nosotras. El órgano clave para llegar al orgasmo en las mujeres es el clítoris. Ese chiquitín que muchísimos hombres no saben ni dónde está ni qué hacer con él. Sin su correcta estimulación muy difícilmente se llega a un orgasmo y cuando el sexo consiste únicamente en la penetración, no hay mucha oportunidad de darle al clítoris el tratamiento que merece. De ahí la importancia del juego previo.
10. El abuso sexual también puede ocurrir dentro de una relación en pareja
Para finalizar quisiera tocar este punto tan grave como importante. Por lo general, cuando se habla de abuso sexual, se piensa en que personas ajenas atacan a una sin más. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de los abusos sexuales ocurren dentro de las relaciones en pareja, pero no suelen ser denunciados. Y es que algo que debe de quedar muy claro es que no importa cuánto tiempo lleven juntos, el consentimiento es un elemento que SIEMPRE debe estar presente. Dormida, ebria o inconsciente no es posible dar consentimiento y si cualquier acto sexual ocurre durante cualquiera de estas circunstancias debe ser considerado como abuso.
Es muy importante que nos grabemos esto en la memoria para que sepamos identificar estas situaciones de violencia y salir de ahí en cuanto antes.
Como habrás visto es mucho lo que nunca nos enseñaron y muchas cosas que debemos desaprender para que podamos gozar de nuestra sexualidad como mujeres. Espero que esto te haya mostrado algunas cosas sobre el sexo que siempre debiste de haber sabido.
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