Él no era así cuando lo conocí
Muchas mujeres se quejan de que el hombre con el que entablaron una relación solía ser emocionante y ahora es aburrido. ¿Qué le sucedió al parlanchín, ingenioso […]

Muchas mujeres se quejan de que el hombre con el que entablaron una relación solía ser emocionante y ahora es aburrido. ¿Qué le sucedió al parlanchín, ingenioso y aventurero? Una encuesta realizada por el psicoterapeuta Shawn T. Smith lo explicó así: ¿Por qué en cuanto los hombres se sienten cómodos dejan de impresionar a sus mujeres?
Todo aquello de lo que una se enamora al principio, se acaba pronto, y eso nos lleva a pensar que tal vez era una actuación más.
Los hombres se involucran en las relaciones como verdaderos héroes, pero luego descubren que es muy difícil seguir interpretando al personaje con el que nos cortejan. Al principio tienen un encanto principesco y carisma de temerario; luego, por alguna razón, terminan con un neumático desinflado y muy pocas palabras oportunas. Y es normal que las mujeres nos sintamos desilusionadas y ellos no pregunten qué salió mal.
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La respuesta:
A medida que las relaciones maduran y cambian, los hombres se enfrentan, entre otros, a un desafío que se remonta a las mismas dinámicas desarrolladas hace mucho tiempo entre los humanos: las cualidades que atraen a las mujeres durante el cortejo no son necesariamente las mismas en la relación a largo plazo. Los hombres jóvenes suelen sentir que deben darse aires para atraer a las mujeres, y los mayores que deben comportarse como si ya los hubieran domesticado.
¿Cómo manejar el cambio de expectativas?
- “Solía ser muy divertido”.
- ¿Qué le pasó al romaticismo?”
- Ya no es el chico que solía ser
En cualquier caso, la comunicación y la claridad respecto a lo que se espera del hombre, puede evitar muchos dolores de cabeza. Cuando los hombres y las mujeres comprenden que sus expectativas van cambiando, les resulta más sencillo negociar sus papeles a medida que la relación madura.
La vida es corta; si tu pareja ya no es feliz contigo, no pases tus preciosos días quejándote o alejándose. Encuentra la manera de incorporar a la relación tus rasgos más trascendentes. Eso podría implicar conversaciones reales con tu pareja; y si no sabes por dónde empezar, sé flexible contigo misma, no eres la primera que se enfrenta a esta dificultad. Podrías hablar de lo que sientes con algún amigo o en quien confíes, o seguir la ruta más eficaz contrata a un especialista que te guíe durante los cambios de tu relación.
¡Y no hay por qué avergonzarse de pagar a cambio de una asesoría de calidad que te evite una vida de discusiones!
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Con información de: Cómo piensan los hombres, una guía para entender la mente masculina. Shawn T. Smith
