¿Cómo entender el disfrute sexual sin considerar a nuestra pareja dentro de la ecuación? Si bien no es obligación del hombre proveernos de orgasmos increíbles, es necesario […]
¿Cómo entender el disfrute sexual sin considerar a nuestra pareja dentro de la ecuación? Si bien no es obligación del hombre proveernos de orgasmos increíbles, es necesario que los dos estemos en sintonía para lograr mejores resultados. Esto se consigue, primero que nada, con buena comunicación.
Necesitamos ser capaces de hablar abiertamente con él sobre lo que nos gusta que nos haga y cuáles son las zonas del cuerpo que más nos prenden. Hay que entender de una vez por todas que la mayoría de los hombres no saben mucho más que nosotras sobre sexo (su educación sexual también fue deficiente) y que nadie les puede mostrar lo que nos vuelve locas mejor que nosotras mismas.
De acuerdo con el sexólogo José de Jesús González «una pareja que tiene una relación positiva a nivel sexual es aquella que se comunica, que es asertiva, que experimenta, que no se cuestiona de manera negativa los placeres del otro, aunque no los acepte todos. Por ejemplo, si tú le dices a tu novio: “me gustaría que me ataras a la cama”, pero a él no le entusiasma la idea, lo de menos es que te cumpla la fantasía, lo importante es que sea receptivo con la sugerencia y no te la tome a mal».
Pero en la vida real, un número inmenso de mujeres son incapaces de hablar con sus parejas de lo que las excita. Por un lado no quieren parecer demasiado experimentadas en cuestiones sexuales y por el otro, les preocupa que sus hombres puedan ofenderse o enojarse si los guían. Es importante vencer estos temores pues de no hacerlo, viviremos relaciones sexuales plagadas de estereotipos, inexactitudes y mitos que solo nos alejarán del placer.
¿Y si uno quiere más que el otro?
Llegado el momento de platicar en pareja sobre lo que nos gusta y no nos gusta a nivel sexual, también se vale ser francas y decir: «no soy tan sexual como tú» o «necesito que tengamos más sexo». Cada miembro de la pareja puede tener un nivel de deseo diferente y el no discutir al respecto podría causarles conflictos e insatisfacción a ambos.
Los problemas en la frecuencia de las relaciones sexuales pueden resolverse llegando a acuerdos y puntos medios. A veces habrá que acompañar a nuestro hombre en la cama aunque no tengamos muchas ganas, y en otras ocasiones él hará el esfuerzo de estar con nosotras pese a su estrés o cansancio. La disposición es la clave del éxito en este sentido.
No obstante, el sexólogo José de Jesús aclara que existe una condición relacionada con los ritmos sexuales que puede ser más delicada. «Se llama disritmia sexual y es cuando uno de los dos se logra excitar rápidamente y el otro no lo consigue con tanta facilidad. Esto puede generar fricciones porque uno va a querer siempre y el otro no va a querer nunca. En este caso hay que aprender a manejarse hacia puntos medios y no depender de esta necesaria complementariedad del otro. Así como podemos ir al cine sin nuestra pareja, también podemos tener momentos de autoerotismo cuando lo necesitemos».
Para hablar sobre sexo con él…
– Identifica los momentos en los que es más receptivo para comunicarse
– Llévalo a un lugar tranquilo y agradable
– Coméntale tus inquietudes directamente, pero con tacto
– Puedes decirle que te gustaría probar algo que leíste en una revista
– Sé lo más clara que puedas para que no haya confusiones
– Dale las gracias por escucharte
– Pregúntale si tiene alguna inquietud que le interese compartirte
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