8 claves para construir espacios amorosos ricos y valiosos

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La debilitación de roles rígidos entre hombres y mujeres favorece nuevas y mejores posibilidades de vida compartida, pero para construir espacios amorosos ricos y valiosos deberás tener […]

La debilitación de roles rígidos entre hombres y mujeres favorece nuevas y mejores posibilidades de vida compartida, pero para construir espacios amorosos ricos y valiosos deberás tener presentes estas 8 claves…

1. El contexto social en el que vivimos plantea nuevos retos, posibilidades y limitaciones: observa lo que ocurre, reconoce el territorio que transitarás. No intentes reproducir convencionalismos que la sociedad promueve ni repetir historias que otros planearon para ti. Cuida tu entorno, considera a tu gente querida, reconoce los círculos a los que perteneces, pero sé autónoma en el momento de elegir.

2. El objetivo de la vida de pareja no es durar «eternamente», sino acompañarte y crecer durante el transcurso de la relación. Es importante estar preparada para comenzar, pero también para terminar: aprende a iniciar una relación amorosa y a cerrarla de manera oportuna y constructiva si la situación así lo requiere. Hay que saber abandonar las relaciones violentas y las que empobrecen; también las que se agotaron por cualquier razón e impiden a las personas convertirse en quienes quieren ser. No se trata de claudicar al primer obstáculo ni de trivializar los compromisos, pero tampoco de hipotecar el futuro en algo que no tenga manera de subsistir. Las buenas relaciones son para aprovecharlas y disfrutarlas; las malas, para ponerles fin.

3. Para crear una nueva pareja hay que asimilar los rompimientos amorosos anteriores. Al concluir una relación hay que aprender de los errores cometidos: el sufrimiento de la ruptura se puede capitalizar a nuestro favor. Esta faena no sólo nos hace más fuertes y sabias en lo afectivo, sino que nos habilita para afrontar con mayor éxito una nueva relación. De la integración adecuada de las experiencias pasadas dependerá que mejoren los encuentros del futuro. Será una pena, además de fracasar, que no se aprenda del quiebre vivido; el fracaso deteriora la sensación de seguridad personal, mientras que el aprendizaje enriquece tu personalidad y facilita tu éxito afectivo.

4. Si te sientes atorada en alguna culpa, date a la terea de descubrir si eres responsable de la misma o si bien debes trabajar creencias y patrones erróneos que te paralizan. Si aún puedes reparar algo para sanar los errores cometidos, asume la responsabilidad y demuestra el deseo e interés en restaurar el daño cometido. Si no eres responsable ¡suelta!

5. Que el duelo de un pasado amor no te lleve al extremo contrario de un miedo y un cuidado exagerado a no volverte a equivocar, o peor aún, a bloquear tus emociones para no volverte a enamorar. ¿Eres de las que por no volverte a equivocar y sufrir ya no quiere arriesgar? Es mejor actuar a sabiendas de que puedes equivocarte y de ese modo generar alguna experiencia que te facilite el aprendizaje, que paralizarte o claudicar. Las aparentes «batallas perdidas» te permiten encontrar las claves que lo explican y, aprender de ellas, prepararte para un nuevo intento, más productivo. De cualquier modo hay que racionar los «tropiezos». No se trata de ir de error en error. Por eso es indispensable aprender a elegir un nuevo amor.

6. Además de capitalizar los errores, requieres conocerte y aceptarte: alinear tus aspiraciones con tus posibilidades reales y, dentro de ese rango de lo probable y factible, realizar la nueva elección. Para tener éxito en esta faena de gustar, debes mejorarte. Para que esta tarea sólo conlleve el costo de frustración necesario para motivarte a seguir y no para impulsarte a claudicar, es importante que exista una concordancia en lo que aspiras y lo que en términos realistas puedes conseguir. Las aspiraciones te permitirán delimitar lo que deseas y sentirte merecer del amor de determinadas personas; no se trata de aspirar «poco». tampoco se trata de ser «el estereotipo de la triunfadora». Recuerda que existe un amplio rango de mejora que te permitirá desarrollar recursos impensables que amplían tu campo de elección, de atracción y de acción.

7. Reconoce que la vida es un cambio constante, por lo que implica asumir un camino de permanente actualización, construcción y reconstrucción. ¡Reinvéntate! Abre tus posibilidades como individuo y como pareja. Si no te conformas con las personas a quienes les gustas y te superas para ser deseada por las que te gustan ampliarás el abanico de posibilidades de elección de tu futura pareja. Quizás un cúmulo de prejuicios, creencias, mitos y estereotipos te impidan incluir entre tus candidatos a personas que sin duda harían contigo una buena pareja.

8. ¡Deberás convertirte en una persona seductora! Seducir no ha de entenderse como el simple hecho de llevarte bien con alguien en la cama, sino como el arte de resultar atractiva para el otro en todos los sentidos. La que sabe seducir logra ser vista, sabe cómo formar parte de la vida del otro a través del intercambio de deseos, intereses y valores, y de esa manera no sólo resulta interesante, sino que se asegura de que la sigan eligiendo una vez que ha sido vista y elegida.