El vestido de novia robó todas las miradas.
Hace seis años sucedió una de las tragedias más impactantes en la vida de la reconocida actriz Sharis Cid: el repentino fallecimiento de su pareja, el empresario Isaías Gómez, a manos del crimen organizado. Atravesar el dolor fue duro, pero la actriz se mantuvo abierta al amor y este fin de semana celebró su matrimonio con el empresario Pedro Canavati.
En varias ocasiones, la propia actriz compartió con detalle los eventos ocurridos en el año 2018, mostrando la profundidad de su dolor y la lucha interna que enfrentó para encontrar la paz y seguir adelante. Logró salir adelante y en 2021 comenzó una relación formal Canavati. En mayo del año pasado se comprometieron y casi un año después, ella se vistió de blanco para darle el sí.
El increíble vestido de novia de Sharis Cid
El vestido de novia de Sharis robó todas las miradas y no es de extrañarse, pues era nada más y nada menos que un diseño de la reconocida Vera Wang.
La ceremonia fue civil y la actriz llevó a cabo varios rituales característicos de este tipo de celebraciones, por ejemplo, entró acompañada por su padre, mientras sus nietos Alessia y Bosco, hijos de Kristal y Brandon Peniche, esparcían pétalos de rosas en honor a su querida abuela.
También, antes de comprometerse para siempre con el intercambio de anillos, la pareja compartió palabras emotivas, resaltando el amor infinito que comparten el uno por el otro:
“Quiero cuidarte todos los días de mi vida. Te amo con todo mi corazón”, dijo el novio. La respuesta de la novia fue “Amor mío, quiero darle gracias a Dios por habernos puesto en este camino llamado vida, quiero decirte que te amo con todo mi corazón”.
Mira en la galería más fotos de la bella celebración:
Luego asombraron a los invitados con un primer baile coreografiado que incluyó cargadas y fuegos artificiales.
Famosos como Arturo Peniche y su esposa Gaby, consuegros de Sharis, además de Mariana Seoane, Ingrid Martz, Grettell Valdez, Karla Pineda, Elizabeth Álvarez y Jorge Salinas estuvieron presentes y disfrutaron de la fiesta.
La historia de Sharis es prueba de que a pesar de las tragedias, mantenerse receptivo al amor siempre valdrá la pena.