La actriz habla sobre la hipersexualización de la mujer latina.
Conocemos la historia de Eiza González porque la presenciamos por la tele simultáneamente: protagonizó Lola, Érase una vez, fue un exitazo, luego la vimos en varias novelas como la chica adinerada y problemática y pum, un día saltó a Hollywood con el papel que alguna vez le perteneció a Salma Hayek, Satánico Pandemonium. Pero esto es solo un resumen trazado con las líneas más gruesas posibles, porque los detalles debajo son los que revelan lo interesante.
En entrevista para InStyle, la hija de Glenda contó que, prácticamente, el escándalo de la infidelidad de su exnovio fue lo que detonó todo esto, que ha ocurrido casi en una mitad de su vida, ahora que lo cuenta a sus 34 años.
Y aunque dolió, la actriz lo dejó atrás y siguió con lo importante: su carrera. Con más de dos décadas trabajadas, la actriz posee muchas habilidades, desde actuar en inglés y en español, hasta hablar con acento británico y cantar en alemán. Pero también se desenvuelve en lo físico, y está entrenando Muay Thai y aprendiendo trucos y giros con palos de bambú para el proyecto «Fountain of Youth».
Sin duda, tiene una capacidad innata para la actuación y sabe crear a partir de su dolor, su realidad y su sensibilidad.
Y a pesar de todo esto y del talento, Eiza contó que le negaron papeles por ser demasiado bonita, o demasiado sexy.
Para ella, que la perciban como “sexy” no le parece ya tanto un cumplido, sino una reducción a una persona unidimensional, como si guapa fuera su único atributo. Pero esto no se limita a ella, pues sabe que va ligado al trato hacia las latinas en la industria del entretenimiento en general.
Simplemente creo que es una idea excesivamente sexualizada de una mujer latina
Eiza González para InStyle
Para Eiza González, esto sólo es “decepcionante y patético” y “sin lugar a dudas, el mayor desafío” de su carrera, pues ninguna de sus “amigas blancas que estaban en la industria estaba pasando por eso”.
Aunque las palabras de la actriz fueron descontextualizadas y ella tuvo que salir a contar la anécdota completa para que dejaran de decirle “humilde, mi chiquita”, Eiza puso el foco no sólo en cómo aún rigen los estereotipos y la hipersexualización de las mujeres latinas en la industria, sino también en la falta que todavía hay de representación femenina latina.
¿Será que también es maldición de bonita que aunque hable de un tema serio sus palabras sean descontextualizadas y termine siendo señalada de modesta? Tal vez, pero sin duda, hay mucho más de Eiza González que sólo la mujer bonita y sexy que parece.
