Con amor y gratitud, una hija fuerte y resiliente.
Papá, he decido escribirte una carta para del Día del Padre, con el fin de atravesar una fecha dura para mí, pero también para darle salida a mucho de lo que he cargado durante toda mi vida.
Es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que siento en este momento, pero este es un gran ejercicio para sacar los sentimientos que han estado presentes en mi vida debido a tu ausencia, incluso cuando tú nunca leas esto.
Desde que era pequeña, he tenido que enfrentar una serie de desafíos; han habido momentos de profunda tristeza, confusiones y preguntas sin respuesta sobre por qué no estabas aquí. He sentido un vacío emocional que, a veces, ha sido difícil de llenar.
La falta de tu presencia ha generado en mí sentimientos de abandono y rechazo, y en ocasiones he sentido una profunda ira y resentimiento hacia ti por no estar para mí. He pasado por procesos de duelo y he tenido que aprender a lidiar con esta pérdida de la mejor manera posible.
A pesar de todo esto, también he experimentado crecimiento y aprendizaje a lo largo de este camino. He aprendido a valorar las relaciones que sí están presentes en mi vida y a buscar apoyo emocional en otras personas que me rodean. También disfruto del presente, de lo que tengo y he desarrollado una fuerza interior y una resiliencia que poco a poco he ido descubriendo.
Con estas palabras, quiero expiar mis sentimientos más oscuros y expresarte mi más sincero agradecimiento. Agradezco las lecciones que he aprendido, incluso las más difíciles, y el crecimiento personal que he experimentado a raíz de tu ausencia.
Comprendo que las circunstancias pueden haber sido complicadas y que todos cometemos errores. No te juzgo; a pesar de todo, te perdono.
Te deseo lo mejor en tu camino y espero que encuentres la paz y la felicidad que mereces.
Con amor y gratitud, una hija fuerte y resiliente.