Sí, te partieron el corazón y ahora lo tienes hecho pedacitos. A todas no has pasado, y créeme que una de las maneras más efectivas para salir […]
Sí, te partieron el corazón y ahora lo tienes hecho pedacitos. A todas no has pasado, y créeme que una de las maneras más efectivas para salir adelante de la decepción es por medio de un ritual. Te comparto el que a mí me ha funcionado cada vez.
Antes de comenzar, te debe quedar claro que ese hombre que te dejó el corazón roto ha pasado de ser el amor de tu vida a convertirse en el enemigo público número uno. No se vale acordarse de lo bueno de la relación porque aunque haya sido maravillosa (ni tanto, ni tanto), ahora no es el momento de añorar el pasado sino de concentrarse en el futuro.
Si ya te quedó claro este punto fundamental, ahora sí estás lista para olvidarte por completo de ese hijo del mal que te ha hecho sufrir y que no merece ni la más mínima de tus consideraciones, ¿de acuerdo?
Paso 1: A volar los recuerdos
Aquí es cuando tomas todas las cosas que te regaló, las fotos que se tomaron juntos y los recuerditos amorosos de sus viajes y paseos ¡y los arrojas a la basura! Hay quien recomienda que se los des a una amiga para que te los guarde mientras pasa el sentimiento de tristeza, peeeeeero, yo soy más extrema y SIEMPRE tiro todo a la basura. Aunque ames ese peluche de los Minions que te hizo tan feliz cuando te lo dio, no hay marcha atrás y es momento de donarlo a los pobres o dárselo a tu perro para que lo devore.
Paso 2: Mean list
Tengas o no talento para la escritura, es momento que tomes una pluma y un papel, y hagas una lista súper cruel en la que hables de todos los defectos de tu ex. Seguro tiene miles (el primero de ellos fue no darse cuenta de lo espectacular que eres), así que no te costará trabajo enumerarlos. ¿Le olía la boca?, ¿no saía expresar sus emociones?, ¿era sangrón con tus amigas?, ¿no tenía futuro en la vida? Escríbelo toditito, como si se tratara de la peor persona del mundo. ¡Hoy lo es!
Paso 3: Balconéalo
Algo que te ayudará a liberar un poco de enojo es contarle a tus amigas algunos detalles de ese hombre que posiblemente sean patéticos y que no les habías dicho antes porque lo amabas (ahora ya no lo amas, recuérdalo). Casualmente diles lo malo que era para el sexo y deja que se rían, si es el caso. También puedes traer a colación que le daban miedo las arañas, era muy codo contigo o compárteles esa vez en el karaoke que juraste que era gay. La cosa es divertirte hablando un poco mal de él, sin remordimientos.
Paso 4: Llora… un poco
Este ritual no trata solo de evadir el dolor a base de chistes y mala vibra hacia tu ex. No. También hay que aceptar que te duele que ya no esté, así que hay que llorar si es necesario, pero la idea es que limites un poco esta muestra de emoción. Por ejemplo, trata de no llorar en la junta con tu jefe ni en un entorno profesional porque darás una mala impresión. Puedes hacerlo con tus amigas, tus papás y gente de confianza; no con el chavo nuevo que te acaban de presentar. Yo lo que hacía cuando corté con Manolo (que en paz descanse), era ponerme la meta de no llorar durante el día y reservar mis lágrimas para las noches. Haciendo esto me demostré que literalmente era capaz de no llorar por él.
Paso 5: Descubre algo que te apasione
Cortar con alguien nos plantea una reinvención. Podemos llevarnos a nosotras mismas hacia el lado más oscuro de nuestro ser o descubrir nuevos y maravillosos aspectos de nosotras mismas. Ahora tenemos más tiempo libre porque el susodicho nos quitaba demasiadas horas, así que es momento de invertir bien todos esos minutos en algo que nos haga felices y nos haga sentir plenas. Cuando Juan Pablo (que Dios lo tenga en su gloria) me cortó, por fin tuve tiempo de tomar clases de francés. No tienes idea de lo bueno que fue para mí tener algo nuevo que hacer en esos momentos de tristeza. Además, aprendí francés, lo cual es un plus en la vida 😉
Si sigues los 5 pasos de este ritual, créeme que volverás a sentirte plena y feliz muy pronto; pero aun si te tardas en olvidar a tu ex, confía en que tu corazón roto se arreglará. Lo que no nos mata siempre nos hace más fuertes. Convéncete de ello ¡y saldrás adelante!
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